Luego de una clase práctica del jurado sobre las propiedades de la matcha, el açaí, las semillas de chía, las bayas de goyi, la quínoa roja y la espirulina, los participantes tuvieron que imaginar un plato en el que uno de esos elementos fuera el gran protagonista.
Pero había un paso previo, cada uno de estos ingredientes estaba dentro de una caja de acrílico con candado, y uno a la vez: Georgina Barbarossa, Candela Vetrano, Claudia Fontán, Sol Pérez, María O’Donnell y Gastón Dalmau tuvieron que elegir la llave que les daría la suerte o la desgracia, de acuerdo al candado que le correspondiera.
Hubo una excepción, Georgina tuvo la suerte de acceder al llavero completo por lo que, una vez sabido lo que le había tocado en suerte, tuvo oportunidad de cambiárselo a cualquier otro de sus compañeros.
Aunque hasta ahora no se había mostrado como una gran estratega, Barbarossa decidió que era hora de dejar de ser buena e ir por todo. Su víctima fue O’Donnell, que vio cómo la seguridad del triunfo se le escurría entre las manos. Y no le gustó nada: “Es increíble, te costó tres segundos elegir. No te puedo creer, Georgina”.
Una sonrisa pintada en la cara de la periodista para disimular la bronca, y el puñal en la herida de Santiago del Moro: “Te encajó la espirulina, que nadie la quería”. Efectivamente, O’Donnell hizo agua y aunque a la actriz no le fue mucho mejor, por lo menos demostró que está dispuesta a lo que sea por llegar a la final.
A pesar del conflicto, la noche terminó en paz, con Candela Vetrano y Gastón Dalmau mostrando orgullosos la estrella conseguida que, como excepción, esta vez fue por partida doble.
Fuente:LaNacion