La polémica que se generó alrededor suyo a partir de la promoción de su nuevo tema con afiches que simulaban aquellos que se utilizan para ofrecer servicios sexuales de mujeres en las calles porteñas tuvo el efecto de un tsunami para Jimena Barón. En cuestión de días se ganó no solo el repudio de colegas y seguidores en las redes sociales, sino también una denuncia por parte de AVIVI, la Asociación de Víctimas de Violación.
Afectada severamente por esta situación, la cantante decidió cancelar los shows que tenía previsto brindar esta noche, en el Festival de la Manzana de Río Negro; y mañana, en la Fiesta Nacional de los Jardines de Villa La Angostura, en Neuquén.
Así lo anunció a través de un comunicado. “Atelofia Producciones informa que lamentablemente Jimena no se siente emocionalmente en condiciones de realizar los shows. Pidió asistencia psicológica y psiquiátrica. Luego de la evaluación profesional le fue contraindicado realizar los próximos espectáculos”, comienza el texto.
“Se le indica reposo, medicación sedativa y acompañamiento de sus seres queridos en su casa. También se le recomendó aislamiento de los medios y las redes sociales hasta tanto recupere su fortaleza. A Jimena le resultó imposible procesar emocionalmente el grado de violencia que recibió a través de algunas expresiones que se hicieron en las redes sociales y algunos medios de comunicación”, agrega sobre la situación de la artista.
“Consideramos que se atravesó un límite que debió ser inquebrantable. El hostigamiento, la violencia y las amenazas que involucran a Jimena y a su familia generan un amedrentamiento extorsivo y aterrador”, concluye el comunicado.
Además, a partir de todo lo que se generó alrededor de la promoción de “Puta”, su nuevo tema, la artista decidió borrar de su cuenta de Instagram el posteo en el que se la veía con los panfletos que claramente daban la connotación de aquellos que se pueden ver en las calles ofreciendo servicios sexuales.
Por otra parte, dio de baja la foto que compartió junto a Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), el sindicato de las trabajadoras sexuales, algo por lo que también fue duramente cuestionada a partir de las diferencias entre aquellos que consideran que la prostitución debe regularse y los que piensan que debe ser abolida.
Tampoco se puede leer en su cuenta en Instagram el extenso descargo que había publicado ni bien estalló el escándalo. “Me hago absoluto cargo sin dejar lugar a la casualidad de la campaña de promoción que decidimos hacer. Quisimos ver a dónde iba la cabeza de la gente viendo simplemente un póster con una imagen mía sexy, un pancho y un número de teléfono... Por supuesto sabíamos que generaría confusión y era la idea...”, rezaba parte del escrito. Y continuaba: “Mi necesidad y deber de pedir sinceras disculpas si el método con el que intentamos hacerlos replantearse cosas y debatir hirió algún tipo de susceptibilidad y llevó a pensar que estaríamos a favor de algo tan espantoso e inhumano como la trata de personas. No puedo creer que exista gente que crea que un equipo de más de 50 personas estaría a favor de fomentar una bestialidad así”.
En diálogo con Teleshow, María Elene Luezzi, la titular de AVIVI, dijo al respecto: “Cada uno es dueño de hacer lo que quiere con su cuerpo, pero que una figura pública promocione así no está bueno porque incentivamos a los degenerados a que sigan secuestrando y tomando a las mujeres, diciendo ‘si les gusta’. ¿Cuál es el mensaje? ‘Pongo mi cuerpo, tenés mi teléfono, hacé lo que quieras’. Con esto se ponen al día los proxenetas que van a buscar a una nena de once años. Es a nivel nacional, hay mujeres que desaparecen de un día para el otro y se las traga la tierra, las comercializan, cuando no sirven más las descartan”.
Y como si fuera poco la compañía discográfica y su producción no salieron a bancarla.