Aunque afuera la lluvia no da respiro, la tranquilidad y la armonía reinan en la amplia habitación convertida en escenario de la primera producción de fotos del pequeño Roque, hijo de Amalia Granata (36) y Leo Squarzon (42). El bebé, quien nació el 14 de diciembre por cesárea y pesó 3,200 grs, transmite paz.“Tiene una tranquilidad increíble, es un santo. Tenía temor a que saliera histérico o muy nervioso por todo lo que pasamos el año pasado pero su mamá hizo un gran trabajo. ¡Roque es un León! Está siempre luchando y no tengo dudas que va a salir con un carácter terrible. Hoy nuestro universo pasa solo por él”, explica Leo con su hijo en brazos mientras Amalia lo supervisa con la mirada. “Cuando nació era igual al padre de Leo y ahora se convirtió en una fusión de los dos. Tiene algunos gestos míos y las ojeras y los dedos del pie de él”, señala
fuertes. Cada cinco minutos, se acariciaba la panza con la esperanza de que calmara pero el dolor se volvía más intenso. Intentaba respirar profundo pero no encontraba el alivio. Ya no encontraba posición. Aunque la fecha de parto no era la estimada, ella sabía que había llegado el momento y si bien no era su primer embarazo, vivió cada instante con la misma ansiedad de una primeriza. “Fui al departamento, luego de pasar a buscar a mi hija (Uma Fabbiani de 8) y llamé a mi obstetra quien, de inmediato, me aconsejó internarme para realizarme una cesárea de urgencia. Una hora después, y con Leo a mi lado, llegó Roque. El bebé estaba mal posicionado y encima tenía una vuelta de cordón. Fue un parto complicado que si no se realizaba en ese momento probablemente no lo contábamos. Fue más traumático para Leo que para mí, ¡Estaba duro! Los primeros días lo miraba a Roque y se largaba a llorar de la emoción. Está muy pendiente de él y lo carga a upa todo el tiempo. Sabía que él iba a ser un padrazo pero no imaginé que tanto”, relata Amalia a dos meses y medio de dar a luz.
Los dos coinciden en que la llegada del nuevo integrante se amoldó cien por ciento y de manera natural a la dinámica familiar.“Lo llevamos a todos lados. Vamos, venimos, viajamos y está todo el tiempo con nosotros porque no tenemos niñera. Viajó a Punta del Este, me acompaña a la radio, al canal, a las salidas con nuestros amigos y a mi local nuevo de accesorios. ¡Hasta me lo llevo al gimnasio! Se porta bárbaro, es muy tranquilo y a la noche duerme varias horas de corrido”, explica la panelista quien tras aumentar 24 kilos hoy se somete a una rutina de fitness, una serie de tratamientos estéticos y sigue una dieta estricta para recuperar la figura. “Ya bajé 15 kilos en 2 meses y me faltan 8. Dejé las harinas, hago gym tres veces por semana una hora y media con un personal trainer y me doy masajes de drenaje linfático y mesoterapia”, cuenta.
Si bien las prioridades cambiaron y sus horarios se acomodan en base a las necesidades del pequeño, aseguran que no afectó en absoluto a la intimidad de la pareja.“No nos olvidamos de nosotros y cuando logramos que Roque se duerma tenemos nuestro momento. Tampoco tenemos mucho tiempo, dos horas es el tope porque se despierta”, confiesan entre risas.
Plena, realizada y con la madurez adquirida tras haber transitado la maternidad por segunda vez, Granata asegura que aunque no está en los planes todavía pasar por el altar, tiene el deseo de volver a convertirse madre pronto. “Aún no hablamos de casamiento pero si se da en algún momento será algo íntimo con amigos. Lo que sí queremos es de encargar otro bebé para fin de año o a principios del que viene. La idea es tener uno más y listo. Leo muere por la nena”, concluye con entusiasmo.
Fuente: CARAS. Por: Sabrina Galante / Fotos: Gabriela Ojeda 
