Silencios de familia tuvo su final y para el último capítulo se resolvieron algunas de las cuestiones que poblaron el unitario que protagonizó Adrián Suar, Julieta Díaz y Florencia Bertotti. Para las últimas escenas, una camioneta que solo funciona si la empujan y una despedida a puro baile fueron la síntesis de la ficción.
La familia a pleno se reúne cuando deciden vender la casa. Con los sentimientos a flor de piel, los Diamente deciden llevarse las cenizas de tres de sus seres queridos para arrojarlas al río. El momento perfecto para que en voz en off, Miguel (Suar) diga las palabras finales mientras todos los integrantes intentan hacer arrancar al vehículo 
familiar.
"Quién sabe cuál es la definición de familia. Sin duda hay muchas, pero cada una debería tener la propia. ¿Cuáles son los ingredientes necesarios para que una familia sea una familia? Amor, una buena cantidad. Hijos, propios o adoptivos. Solidaridad, abundante. Conflictos y peleas, media docena. Diálogos, tres atados. Silencios salpicados durante toda la cocción y por supuesto, se cocina a fuego lento durante toda la vida. Una separación no es necesariamente el final, a veces separarse es la mejor manera de estar juntos. Yo voy a seguir amando a esas dos mujeres, van a seguir siendo los grandes amores de mi vida. Ya vendrán más amores para todos", afirma, rodeado de las dos mujeres que todavía ama, aunque cada una haya decidido rehacer su vida sentimental sin él.
Después de teorizar sobre cómo está hecha una familia, el patriarca encuentra una respuesta muy personal. "Son un montón de personas que empujan para el mismo lado, incluyendo a los que ya no están y que nos ayudan a hacer más liviano el equipaje. Esa es mi familia", finaliza.
¡Mirá el final de Silencios de familia!
