Cada una de las duplas representó a una temática diferente que reconoce su participación en el concurso conducido por Marcelo Tinelli.
Noelia Pompa y Hernán Piquín interpretaron la delicadeza, vestidos como bailarines del Colón; un tópico que combinó con la elegancia de Paula Chaves y Pablo Juín, con vestuario de época. Pedro Alfonso y Julieta Sciancalepore, uno de los dúos más sorprendentes del certamen, exhibieron un look Amish, como granjeros que dignifican la simpleza. El corpulento Tito Speranza y la dúctil Nadia Hair intercambiaron roles. Con mucha ternura, el ex custodio abrazó un oso de peluche mientras su compañera levantó pesas; ambos con vestuario de los años 50. El ala más combativa de la competencia irrumpió en escena, encabezada por las chicas de fuego: Silvina Escudero y Sofía Pachano (con un impactante body painting), la lucha de los gladiadores romanos Adabel Guerrero y Martín Whitencamp y la pasión de los guerreros indios Larissa Riquelme y Fernando Bertone. La cantante Coki Ramírez y Leandro Nimo encarnaron a Mary Poppins interpretando la superación; temática que bien podría haberle cabido a la ganadora de Soñando por Bailar, Eugenia Lemos, quien representó la belleza americana con Leonardo Piccinato y envuelta en pétalos de rosa. Con un estilo más acrobático, fiel a lo que exhibieron a lo largo de sus galas, los “voladores” Cinthia Fernández y Gabriel Usandivaras que simbolizaron la juventud.
