Por: María Coda
Cada día aumenta más y más el número de parejas donde la mujer tiene varios años más que el hombre, algo que antes no era tan común, más bien todo lo contrario, lo común era ver un señor acompañado por una señorita bastante más joven.
Las épocas cambiaron mucho, el sexo femenino adquirió un fuerte papel en la sociedad, esto seguramente desequilibro la balanza, afectando el rol del hombre, basta con observar un poco y ver que algo está sucediendo en las relaciones de los hombres con las mujeres y viceversa.
Surgen dos preguntas claves, una ¿Qué es lo que sucede?, la otra y la más curiosa ¿Por qué las mujeres nos enamoramos de los hombres más chicos, es decir de los pendejos?
Antes de continuar profundizando sobre el tema quiero decirles mis queridos lectores que no vayan a pensar que voy a ser yo quien resuelva esta ancestral inquietud. En todo caso será un trabajo para ambos sexos, sin distinción de edad.
Los seres humanos nos enamoramos, por supuesto que esto incluye también a los pendex, sobre todo porque ellos tienen su corazón más virgen. Lo que provoca que cuando sucede un encuentro entre una dama y un joven, seguramente nace una historia de amor, porque ellos tienen un plus y es que saben amar a una mujer por más chicos que sean y lo hacen de la manera más simple, dulce, divertida, y sin problemas.
Esto sucede mucho más cuando una está en una etapa que podríamos llamar “pendejez”, donde no importa la edad del DNI.
El hombre adulto, no deja de ser atractivo, sensuales, deseables y las mujeres nos fijamos en ellos, el problema surge, cuando comenzamos a notar que vienen con una mochila, cargada de vivencias del pasado, que no pueden dejar. Entonces aparecen los diferentes estilos masculinos.
El que viene con la ex y los hijos.
El que se liberó, y solo pretende pasarla bien, dejando a una destrozada.
El adultecentes, que ya pasaron los 40 pero aun creen que son tineiyers, y viven saliendo todas las noches, gastando plata en tonterías, siempre rodeado de los amigos, y sin saber para donde ir. (Son los que más abundan)
El mañoso, que tiene más vueltas que una calesita.
El cuantas minas que tengo, aquel que tiene resto de facha, plata, y considera que lo bueno es la cantidad y no la calidad en las relaciones.
La lista es larga, por eso para resumirla, quiero agregar que esta el hombre “estándar”, que simple, busca encontrar el amor, y está en el mismo lugar que una mujer. (Ojo son los menos)
Esta variedad nos lleva a mirar a los más jóvenes. ¿Será que el Amor apendeja? ó ¿Simplemente pasa que los pendexs tienen un no sé qué… que nos enamora?
¡Que dilema! Además hay que reconocer que los hombres se enamoran por los ojos y las mujeres por los oídos, los gesto, este significa que al sexo femenino lo que le atrae de una persona menor, no es su juventud y belleza física, si no que es la frescura en su modo de amar. Ellos creen en el amor, son románticos, les gusta saber de todo un poco y nos hacen sentir queridas.
Para terminar “el amor” es el motor que hace que el mundo siga dando vueltas. El corazón es libre, para sentir, ya sea con una persona mayor, menor, igual, del mismo sexo, diferente raza, ¿Qué importa?... mientras siga haciendo pum pum pum, es señal que estamos vivos.
¡Que el corazón no pase de moda!