(Aclaro que esta nota es para la gente que pudo tener educación)
Por: María Coda
Los hay por todos lados, en los diarios, en las revistas, en los carteles, en algunas publicidades… pero los peores son los “virtuales”, sí, esos que uno lee cotidianamente cuando chatea, o recibe algún correo.
Ojo no que no estoy hablando de los errores simples que todo ser humano puede cometer y de hecho comete, como comerse los acentos (ya sea por rapidez al escribir o por un sencillo olvido), o cuando es muy evidente que la “b” está mal ubicada por estar al lado de “v” en el teclado y viceversa, o la falta de la “s” al final de una palabra, hasta esa falta ortográfica que percibimos en una palabra no muy usada, donde aparece “s” por la “c” y al revés… en fin hasta ahí está todo más que bien, además yo no soy el ejemplo de la escritura perfecta, sumado a los tiempos que vivimos respondemos o escribimos a la velocidad de la luz.
Pero todos o casi todos fuimos al colegio. (Aclaro que esta nota es para la gente que pudo tener educación)
Por eso asumo, que me ponen nerviosa y hasta me hacen querer borrar a una persona cuando el error se transformó en “bestialidad”.
Casos de errores abundan.
Por ejemplo cuántas veces nos pusimos a leer el perfil de una persona y nos encontramos con el “Manual no sé escribir”, donde todas las equivocaciones pensadas e impensadas aparecen… Quedando uno con los ojos desorbitados y preguntándose ¿Si se presenta así, sin el mínimo interés de tomarse el trabajo de pasar su texto por el Word, para luego publicarlo … qué ganas puedo tener de conocerlo…? Es evidente su desorden personal.
Ni hablar de los CV con graves faltas.
Pasemos a otra situación: Ya entablamos una amistad y solemos encontrarnos en el chat del Facebook o en el MSN, con esta amistad, y arrancamos con los mensajes de ida y vuelta de ambos hasta que notamos que las respuestas que nos llegan vienen con un particular error: “son letras escritas como al azar, sin lógica” y lo peor de todo es que no nos dicen nada, un ejemplo “ei alloy e baca” ¿? Al principio uno cree que es un error, y con amabilidad pregunta ¿Qué le sucede?
Pero al rato nos llega otro “huuuuuuuu vola k est a” ya ahí comenzamos a pensar que se durmió, enloqueció, o que está muy mal esa persona. Para el cuarto o quinto mensaje vamos al “block” si no nos interesa. Ahora si ya es una amistad que no deseamos perder tratamos de ayudarlo con diferentes estrategias para no ofender, desde pedirle que escriba bien, explicarle que nos cuesta trabajo entender lo que dice etc, etc, etc. Y viendo el panorama decidimos que es un caso perdido.
El peor de todos los casos, el que es realmente una bestia, por lo cual nos topamos con horrores del tipo (alluda”, “k porfabor”, “ola komo est”,…)
Uno comienza a marcarle las faltas, ¡¿para qué!?… ahí llega el ataque, donde los insultos están tan mal escritos que duplican en mi caso mi bronca.
Ejemplos:
(“Ke etupida k so si voz me atkas yo te debuelbo” “vo no sos la dueña de la verdad” “si fui al colejio”) ya para este punto mi enojo desapareció y me sale la vergüenza ajena… y lo dejo seguir (“voz so un vurra” “qu t kres” “soy contador” estidie, “tube el diplommmmmmmaa”)
A esta altura uno ya sabe que la otra persona no es alguien no es alguien que no pudo estudiar, ni es un niño, ni una persona sin estudios, etc. etc.)...
Resumiendo: “me agotó leer lo ilegible” en mi caso me prometí tratar de escribir mejor.
Aclaración: Este texto es una vivencia real y propia, todo lo que aparece mal escrito es una fiel copia.
Gracias a Claudio Didoli que me ayudo en la corrección del texto.
Actualidad
Gran Hermano 2024: Nuevo eliminado
Tweet En la gala de eliminación de este domingo 10 de marzo, por decisión del público, tras volver en el repechaje, Sabrina Cortez fue otra vez