Uruguay le demostró al mundo entero como se gana perdiendo. Los celestes hoy en la cancha corrieron hasta cuando el cuerpo se lo permitió.
Diego Forlán, y los demás jugadores dieron todo lo que los futbolistas pueden dar cuando llevan consigo la camiseta de la patria que los vio nacer. Uruguay cayó hoy ante Holanda por 3 a 2, pero triunfo en el escenario del coraje y de la entrega.
Nuestros hermanos nos demostraron como “no rendirse hasta el final”. Muchos argentinos nos ponemos de pie ante esta selección.
Holanda hoy ganó con su juego y en buena ley, no se trata de desmerecer para nada la victoria holandesa de esta noche. Muy por el contrario. Ya que reconociendo lo que hizo Uruguay hasta el último segundo de este electrizante encuentro, implícitamente estamos reconociendo que el combinado que se encontraba al frente tenía que ser tanto o más tenaz que el uruguayo. Pues de lo contrario, solo el Hacedor sabe que hubiese podido suceder después del gol postrero de Pereira a los 92 minutos de juego, si tan solo el encuentro hubiese durado 5 minutos más.
Uruguay nos hizo vivir momentos de gran dramatismo. Pues cuando se podía pensar que la suerte ya estaba echada con el 3er gol marcado magistralmente con golpe de cabeza por Robben a los 73 minutos de juego y los minutos se sucedían pareciéndose uno al otro, apareció Maximiliano Pereira y dijo que si no había sudor para transpirar, los jugadores uruguayos dejarían incluso su sangre antes que partir resignados a los vestuarios, poniendo así muy en alto el nombre de su país.
Uruguay ha perdido pues el derecho de disputar la gran final del domingo frente al equipo que triunfe mañana en la segunda semifinal. Es una lástima. Ni siquiera el gol de Forlán a los 41 minutos que por su belleza de ejecución valía por diez ha permitido que este equipo nos haga soñar con el mejor de los reconocimientos para el fútbol de este pequeño gran país. Nuestro país, ya que hoy estos jóvenes uruguayos nos han hecho sentir a todos los sudamericanos como parte de ellos.
Holanda hoy ganó con su juego y en buena ley, no se trata de desmerecer para nada la victoria holandesa de esta noche. Muy por el contrario. Ya que reconociendo lo que hizo Uruguay hasta el último segundo de este electrizante encuentro, implícitamente estamos reconociendo que el combinado que se encontraba al frente tenía que ser tanto o más tenaz que el uruguayo. Pues de lo contrario, solo el Hacedor sabe que hubiese podido suceder después del gol postrero de Pereira a los 92 minutos de juego, si tan solo el encuentro hubiese durado 5 minutos más.
Uruguay nos hizo vivir momentos de gran dramatismo. Pues cuando se podía pensar que la suerte ya estaba echada con el 3er gol marcado magistralmente con golpe de cabeza por Robben a los 73 minutos de juego y los minutos se sucedían pareciéndose uno al otro, apareció Maximiliano Pereira y dijo que si no había sudor para transpirar, los jugadores uruguayos dejarían incluso su sangre antes que partir resignados a los vestuarios, poniendo así muy en alto el nombre de su país.
Uruguay ha perdido pues el derecho de disputar la gran final del domingo frente al equipo que triunfe mañana en la segunda semifinal. Es una lástima. Ni siquiera el gol de Forlán a los 41 minutos que por su belleza de ejecución valía por diez ha permitido que este equipo nos haga soñar con el mejor de los reconocimientos para el fútbol de este pequeño gran país. Nuestro país, ya que hoy estos jóvenes uruguayos nos han hecho sentir a todos los sudamericanos como parte de ellos.
