El sábado no fue la mejor noche para Ricardo Fort, en el boliche gay “Human”. Antes de entrar no pudo reservar mesa en el Vip, ya que el boliche se encontraba con la capacidad completa. Cuando sonó el tema de Pittbull e intentó hacer un show subido a un parlante, la gente no solo lo ignoró sino que se burló e incluso lo insultaron.
La pregunta obvia ¿Qué hacía el chocolatero en un boliche gay si no es gay?
….
¿Con quiénes fue? Ni idea.
¿Qué tenía en la cabeza para subirse a un parlante y hacer un show? ganas de ser el centro de la escena y quedar como el alma de la fiesta ante las cámaras que él mismo llevó para registrar la noche. Pero todos los planes de Ricky se fueron por la borda: la gente lo trató mal.
Cuando terminó la noche, en el estacionamiento, Fort salió marcha atrás con su auto y chocó una Pt Cruiser, el auto de uno de los personajes más queridos del lugar. Unas 200 personas comenzaron a gritarle de todo.
Seguramente el mediático de moda pasará a ser considerado persona no grata en el lugar.
Pero el fin de semana siguió para peor, el domingo, después de la función de su obra en el teatro Fort salió a saludar a la gente y a la prensa que lo esperaba en la puerta. Entre saludo y saludo, alguien del público le gritó: “¡Que vuelva Tito!”.
La pregunta obvia ¿Qué hacía el chocolatero en un boliche gay si no es gay?
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¿Con quiénes fue? Ni idea.
¿Qué tenía en la cabeza para subirse a un parlante y hacer un show? ganas de ser el centro de la escena y quedar como el alma de la fiesta ante las cámaras que él mismo llevó para registrar la noche. Pero todos los planes de Ricky se fueron por la borda: la gente lo trató mal.
Cuando terminó la noche, en el estacionamiento, Fort salió marcha atrás con su auto y chocó una Pt Cruiser, el auto de uno de los personajes más queridos del lugar. Unas 200 personas comenzaron a gritarle de todo.
Seguramente el mediático de moda pasará a ser considerado persona no grata en el lugar.
Pero el fin de semana siguió para peor, el domingo, después de la función de su obra en el teatro Fort salió a saludar a la gente y a la prensa que lo esperaba en la puerta. Entre saludo y saludo, alguien del público le gritó: “¡Que vuelva Tito!”.
